La etica

01/14/2011 22:49

 La ética pastoral

Orientación

La Iglesia Católica Romana en los EE.UU. fue sacudida en los días iníciales del nuevo milenio por una avalancha de acusaciones sobre conducta impropia de los clérigosMuchos de los cargos tenían que ver con conducta sexual impropia con menores de edad, ocurridos hace 20 ó 30 años y aún más. En medio de todo esto, lo que más ha turbado a la feligresía católica ha sido el fracaso de la jerarquía de la iglesia para hacer frente y lidiar con el problema. Sacerdotes con problemas evidentes, simplemente fueron trasladados a cumplir otra función en vez de hacerlos responsables por sus acciones. Ahora, clérigos que van desde párrocos hasta obispos y cardinales han sido forzados a renunciar.

El público en general no ha limitado sus sospechas a la Iglesia Católica Romana solamente. La imagen de los clérigos en general, en los Estados Unidos, está en el nivel más bajo una baja de todos los tiempos. La sospecha, que empezó con por el fracaso de los tele evangelistas en los años 80, se ha esparcido a todos los pastores de iglesias locales. La gente observa cada una de nuestras acciones y causas con una actitud de mayor escrutinio. Joe E. Trull, en el artículo titulado “Up to Code” (“Volviendo al Código”), aparecido en la revista Leadership Journal, expresa: “Los pastores están dándose cuenta de que es tiempo de desempolvar el código de ética y, a la luz de los recientes avances tecnológicos y sociales, es tiempo de reescribirlo. . . Un código de ética, por sí solo, no va a impedir que todos pequen. Sin embargo, un bueno código de ética, usado apropiadamente, es un buen aliciente para hacer lo correcto”.

Objetivos de aprendizaje

Al finalizar esta lección, los alumnos:

• Comprenderán el uso apropiado del tiempo.

• Comprenderán la importancia de la confidencialidad.

• Verán cuán importante es hablar con honestidad a la persona con una enfermedad terminal, y los familiares de ella.

• Conocerán la importancia de definir límites para la consejería a las personas.

• Conocerán cómo tratar con las personas del sexo opuesto.

• Comprenderán cómo ser responsables ante otros.

• Conocerán cómo ayudar a las personas a enfrentar dilemas éticos en el campo de la medicina.

Los dilemas éticos

Escenario 1

Ana, una joven de 15 años, perteneciente a una familia prominente de la iglesia, entra llorando a la oficina del pastor de jóvenes. Finalmente, comparte el motivo de su visita. Ha estado saliendo con un chico de 17 años, Javier, miembro de otra familia activa en la iglesia. En medio de lágrimas, Ana revela que ella y Javier, han estado teniendo relaciones sexuales por aproximadamente cinco meses. Luego, suspirando profundamente, expresa: “Me acabo de enterar en la clínica que tengo dos meses de embarazo. Javier y yo no hemos decidido aún lo que queremos hacer. Nos amamos, pero no estamos listos para casarnos. Estamos considerando la posibilidad de un aborto. Entiendo que si le compartes algo a un ministro tiene que mantenerse en secreto. Quiero que me jure que no le va a decir a ninguna de las dos familias acerca de esto, ¿está bien?”

¿Qué haría como pastor de jóvenes?

Escenario 2

Guillermo, un soltero de 35 años, ha estado viendo a varios médicos por repetidos ataques de depresión. Insatisfecho con la ayuda recibida de ellos, ha decidido recurrir a usted, el pastor, para consejería. “Últimamente, Guillermo ha enfrentado varios problemas emocionales y físicos muy severos. Su anciana madre murió y lo dejó solo en la casa. Le acaban de diagnosticar una diabetes en sus primeras fases. Esto, y su depresión, lo han abatido mucho. Ahora, en la oficina, confiesa que ha estado pensando en quitarse la vida. Así, podría estar con su madre en el cielo y todos los problemas físicos y la depresión serían cosa del pasado. Cuando usted profundiza un poco, él responde que, probablemente, no se mataría porque es demasiado cobarde. De igual manera, usted se preocupa por él.

Como pastor ¿qué haría?

Escenario 3

Jorge, un abuelo de 83 años, está en las etapas finales de un cáncer al estómago. La familia y el doctor han decidido que sería muy duro para él saber que, médicamente, sólo tiene dos meses más de vida. Consecuentemente, no le dicen la verdad. La familia le ha pedido a usted (como pastor), de manera específica, que tampoco le diga al abuelo algo al respecto. Usted va al hospital para visitar a Jorge y él, lo primero que hace es decirle: “Pastor, mi familia y mimédico no contestarán a mi pregunta. Pero necesito saberlo ¿voy a morirme muy pronto?”

¿Qué haría usted, y cómo le respondería a Jorge?

Los asuntos éticos en el cuidado pastoral

1. El tiempo del pastor

La mayoría de pastores admiten que tienen más cosas para hacer en una determinada semana, que las horas necesarias para hacerlas. Un pastor debe separar importantes segmentos de su tiempo para estudiar la Biblia de manera apropiada, orar y preparase para predicar hasta tres o cuatro veces a la semana. La iglesia espera que el pastor sea un buen líder, administrador, y la lista puede continuar. Pero, ¿tiene la iglesia el derecho a esperar que el pastor sea un pastor del rebaño?

Al desarrollar un ministro con mentalidad de Director Ejecutivo, ¿hemos sacrificado el principio de cuidar al rebaño? Esto puede crear una verdadera tensión para el pastor. ¿Cómo define al rebaño bajo el cuidado vigilante del pastor? ¿Es posible para un ministro creer que “el mundo es mi parroquia” y sentirse responsable por todos en cualquier lugar? Puede que parte de la respuesta sea que el pastor es responsable de velar para que, en la iglesia, cada persona reciba el cuidado que necesita.

Obviamente el pastor va a proveer algún tipo de cuidado, pero los laicos necesitan involucrarse. El pastor, también, debería estar derivando a aquellos miembros de la congregación que necesitan ayuda especializada hacia aquellos consejeros con recursos profesionales idóneos. Como parte del rol pastoral, hay una responsabilidad ética respecto a hacer buen uso del tiempo para vigilar que el rebaño esté saludable y bien alimentado. La iglesia debería ser el único lugar donde nunca debiera escucharse: “Nadie se preocupa por mí. . . a nadie le importa mi vida” (Salmo 142:4).

¿Qué porcentaje de la agenda pastoral semanal debería ser simplemente para cuidar al rebaño?

¿Qué tipos de trabajos se incluirían bajo el rótulo del cuidado?

¿Cómo puede evitar el pastor que el cuidado pastoral lo distraiga de otras responsabilidades?

2. La confidencialidad del pastor

A lo largo de su historia, la iglesia ha adjudicado un gran valor al secreto del confesionario. Gaylord Noyce afirma: “Pocas fortalezas ministeriales son más importantes que la habilidad para guardar confidencias. La feligresía necesita, intensamente, la libertad para confiar esta habilidad en sus ministros si, de manera constructiva, van a probar con la ayuda pastoral para su dudas morales y espirituales, para confesar sus pecados y para crecer”.

Es importante entender que, las conversaciones casuales en el estacionamiento de la iglesia o en la reunión de un comité, no están contempladas bajo las restricciones legales de confidencialidad, aunque sería prudente mantener la privacidad de aquellas conversaciones. Varios estados en los Estados Unidos han tratado de proteger la responsabilidad de los ministros para guardar el secreto de ciertas conversaciones. “En general, en tal legislación se lee,

efectivamente -y estas leyes son parte de la legislación de la mayoría de los estados- que el ministro ordenado «no será obligado» a revelar una confesión o confidencia que tenga que ver con el trabajo profesional”. Desde el punto de vista legal, usted puede haber violado la confidencialidad si le compartió la información a su cónyuge sin el permiso de la persona involucrada.

La confidencialidad puede convertirse en un dilema ético para el pastor cuando la gente necesita ser protegida por razones de seguridad. Cuando una persona amenaza matarse o matar a alguna otra, el pastor necesita tomar acción para proteger a la persona que esté en peligro. El ministro debe intervenir a favor de quienes son especialmente vulnerables -los ancianos, los incompetentes y niños pequeños. Varios estados y municipios locales requieren que el pastor informe hasta la sospecha de abuso infantil. Algunas veces uno debe tomar la difícil decisión entre mantener la buena voluntad de un adulto abusivo o rescatar a alguien que es incapaz de protegerse por sí mismo. En esos casos, necesita responder al bien mayor o más alto.

¿Trataría de obtener el permiso de un aconsejado para contactar a las autoridades o lo haría sin que lo sepa?

¿Se sentiría obligado a revelar a las autoridades la confesión de una persona que cometió un asesinato hace varios años pero que, ahora, no parece ser amenaza para nadie?

¿Revelaría los hechos si pondría fin al duelo o a la aflicción de una familia?

¿Puede pensar en cualquier otra razón para que un pastor rompa una confidencia?

3. El pastor debe decir la verdad

En el tercer estudio de caso, la familia y el médico trataron de involucrar al pastor en una conspiración de silencio. Un paciente terminal en un hospital, que le hace la pregunta directa: “Pastor, ¿me voy a morir pronto?” está ansiando una respuesta directa. Por un lado, sería simple hacer saber a la persona que la familia y los médicos están ocultándole la verdad y que usted está en desacuerdo con esa decisión. Sin embargo, al hacerlo podría herir la confianza que el paciente le tiene al médico y podría echar a perder la relación de trabajo profesional que podría disfrutar. Puede que la familia se sienta traicionada.

El tema es más complicado por el hecho de que, es muy probable que el médico no sepa con exactitud cuánto más va a vivir una persona. Los pacientes de cáncer, algunas veces, experimentan cierto alivio por un período indefinido de tiempo. Nuevos tratamientos y medicamentos puede llegar a darle un poco de optimismo al paciente. Es peligroso para un pastor querer hacer las veces de médico, en un campo en el cual, lo más probable, es que él o ella pueden no tenga mucho conocimiento. Generalmente, la mejor respuesta es referir los asuntos médicos al especialista encargado. En cambio, es posible que el paciente tenga preocupaciones espirituales que sí se relacionan a su área profesional.

Como pastor, si percibe que una persona se aproxima a la muerte, es bueno que, primero, hable con la familia acerca del asunto. Puede que los miembros de la familia estén pasando por un tiempo difícil, ellos mismos, al lidiar con la muerte. El médico puede pensar que si el paciente se entera, simplemente se dé por vencido en vez de alimentar un sentido de esperanza. La mayoría de las veces, el paciente percibe cuando la muerte está cercana. Confirmar la percepción del paciente de que la muerte está próxima, puede que proveer el tiempo necesario para arreglar algunos asuntos no resueltos, antes de que el final ocurra. La familia puede hablar más abiertamente. El conocer la situación real puede ayudar al paciente a tomar mejores decisiones respecto a tratamientos y medicamentos. Su enfoque puede que sea de ayuda a la familia y al paciente a lidiar con la realidad de la muerte.

¿Qué haría si, después de hablarle a la familia respecto a decir la verdad, se reafirman en su decisión de no decírsela al paciente?

¿Dónde queda el derecho del paciente a ser informado, frente al deseo de la familia de evitar que conozca el pronóstico de su estado?

4. El pastor y los límites en la consejería

Por el hecho de que usted es el profesional, le corresponde definir los parámetros o fijar los límites para su labor de cuidado y consejería. Es apropiado definir estos límites antes de empezar la labor de consejería.

Los límites del lugar de la consejería

Excepto en caso de una emergencia, la consejería debería realizarse siempre en la oficina pastoral. Éste es un lugar seguro en el que las personas se sienten libres para compartir abiertamente. Cuando está aconsejando a una persona del sexo opuesto, debería asegurarse de que alguien más esté en las instalaciones de la iglesia. No vaya a la casa del aconsejado, a no ser que su cónyuge o alguien más de la iglesia puedan acompañarle y, si es necesario, puede esperarle en otro ambiente cercano. Los restaurantes pueden convertirse en lugares que propician la intimidad personal, en vez de ser ambientes propicios para enfocar los asuntos materia de la consejería. Esto puede enviar un mensaje erróneo de calidez a alguien del sexo opuesto.

Los límites del contacto físico en la consejería

Un abrazo, un beso en la mejilla o un apretón de manos, pueden ser interpretados en varias maneras. En un momento en que se están compartiendo profundas emociones, un gesto de contacto que busca animar o alentar puede tornarse rápidamente en una invitación apasionada. Es importante tener cuidado respecto a quiénes tocamos y cómo o dónde tocamos. Una palmadita en la mano puede ser preferible a un abrazo hasta que conozcamos mejor a la persona. . . Recuerde que las interpretaciones de los contactos varían, no sólo por asunto de preferencia personal sino, también, en función de normas culturales.

Los límites de las emociones en la consejería

Algunas veces un aconsejado del sexo opuesto puede que empiece a tener sentimientos románticos por el consejero. Esto se conoce como transferencia; el aconsejado está transfiriendo sentimientos hacia el consejero como sustituto. Puede que, en algún momento posterior, sea necesario confrontar este sentimiento de manera directa con el aconsejado. Siempre trate de guardar una apropiada distancia profesional.

Un asunto de mayor seriedad aún, es lo que se conoce como la contratransferencia, donde es el consejero quien se siente atraído sexualmente hacia la persona aconsejada. Puede que el pastor espere con entusiasmo las sesiones, alargue el tiempo junto, tenga fantasías entre sesiones o encuentre excusas para tener encuentros extras con la persona. Gary Colllins escribe: “Algunas veces, todos los consejeros ven ciertas tendencias en sí mismos. Reconocer los peligros es el primer paso para esquivar cualquier enredo y vulnerabilidad.” Esta es una buena razón para hacer una derivación del aconsejado.

¿Cómo establece y controla los límites?

¿Debería escribirlos?

¿Permite que el aconsejado los conozca?

5. El respeto del pastor hacia el sexo opuesto

Un pastor es o inocente o tonto en no reconocer los problemas que pueden surgir al aconsejar a una persona del sexo opuesto. Noyce, va aún más lejos al afirmar: “Hay una dimensión sexual para todas las relaciones entre personas de sexo opuesto. No podemos partir al ser humano en categorías; no hay una línea absoluta de demarcación entre la atracción espiritual, intelectual y física en las relaciones humanas”.

La consejería implica compartir detalles muy personales y emotivos de la vida. De ello surge un sentimiento de cercanía e intimidad entre las personas que comparten la atmósfera de la consejería. Gary Collins, dice que la posibilidad de una actitud inmoral es más alta si “el aconsejado es atractivo. . . si no está satisfaciendo sus necesidades emocionales y sexuales en algún otro lugar. . . y si la consejería involucra diálogo pormenorizado de contenido sexualmente provocador”.

La infidelidad te daña a ti, a tu familia, al aconsejado, a la congregación y a la causa de Cristo Jesús. La conducta sexual inmoral es la razón principal por la que los ministros son removidos de roles pastorales y pierden sus credenciales. También, esto implica ramificaciones de orden legal. En varios estados, un pastor puede ser procesado penalmente si las actividades sexuales ilícitas se han originado en una relación de consejería. La posición de las autoridades gubernamentales es que el pastor detenta la posición del poder en la consejería y, por lo tanto, no debería usar esta posición para manipular al aconsejado. Los clérigos o ministros han sido acusados como reos por aprovecharse sexualmente de sus parroquianos o feligreses.

Debemos aprender a respetar al aconsejado del sexo opuesto con la dignidad apropiada. Algunas veces nos ayuda recordar que esta persona es hijo/a o esposo/a de alguien. Pregúntese a sí mismo: ¿cómo me gustaría que traten a mi hijo/a o esposo/a en una situación de consejería? Esta persona es, también, alguien por quien Cristo murió y, entonces, es mi responsabilidad ayudar y no obstruir el desarrollo espiritual personal.

¿Cuál es la solución a este problema?

¿Simplemente no dar consejería a una persona del sexo opuesto?